La tecnología de hidrógeno de EthosEnergy puede contribuir a la transición global hacia la energía sostenible

En una época de crisis energética global, el hidrógeno ya no es una tendencia pasajera, sino que ha llegado para quedarse en las próximas décadas. En todo el mundo, se invierte cada vez más en el desarrollo de un proceso eficaz para producir hidrógeno azul y verde a partir de energías renovables, que reduzcan los costes de producción y disminuyan las emisiones de contaminantes. Podemos ver soluciones basadas en hidrógeno en fases de desarrollo que se asimilan en muchos campos, incluidos la industria, la electricidad, la tecnología y la automoción.

Hidrógeno: una solución disponible, limpia y segura, aunque todavía cara

A diferencia de la energía solar o eólica, cuya producción depende de las horas de luz y de las condiciones meteorológicas, el hidrógeno es un elemento común que se puede encontrar en cualquier parte de la naturaleza: en el agua, en los combustibles fósiles y en las plantas. Sin embargo, para producirlo, los átomos de hidrógeno deben separarse de los demás elementos.

Los tipos de hidrógeno se dividen en colores: el hidrógeno gris constituye el 95% del hidrógeno que se produce actualmente en el mundo. Se produce mediante un proceso de reformado de metano con vapor que consiste en quemar la materia orgánica de los combustibles y conlleva altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero. El hidrógeno marrón se produce a partir del carbón y también presenta el mismo problema de contaminación.

El hidrógeno azul se produce mediante la descomposición del gas metano y la gasificación del carbono, que se expone a altas temperaturas y se divide en hidrógeno y dióxido de carbono. Durante este proceso se emite una gran cantidad de dióxido de carbono, que debe capturarse y almacenarse en el suelo para que no se libere a la atmósfera y dañe el medio ambiente.

En lo más alto de la lista se encuentra el «santo grial», el hidrógeno verde, considerado el más limpio y caro de todos. Se produce a partir de la separación del agua en hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis eléctrica, un proceso que no genera subproductos que contaminen el medio ambiente. A él se suma el hidrógeno rosa, producido de forma idéntica a partir de la electricidad procedente de centrales nucleares.

“ El hidrógeno está a punto de cambiar drásticamente las reglas del juego ”, afirma Fabbri. “La energía del hidrógeno es versátil, se puede utilizar en forma de gas o líquido, generar electricidad, propulsar vehículos, calentar viviendas en invierno, se puede almacenar durante un largo periodo y, todo ello, al mismo tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Otra gran ventaja es que el hidrógeno es fácil de almacenar y de conducir. Esta es la energía del futuro”.

La carrera energética mundial del hidrógeno

Se espera que la industria energética mundial invierta 750.000 millones de euros en hidrógeno limpio de aquí a 2050. Cada vez más gobiernos, empresas energéticas e industrias invierten en la revolución del hidrógeno y en la integración del hidrógeno azul y verde en la producción de vehículos propulsados por hidrógeno y en el establecimiento de proyectos para la producción de hidrógeno. Algunos de los países más poderosos del mundo, como Japón, China y Corea del Sur, han anunciado una hoja de ruta basada en el hidrógeno. La Unión Europea ha anunciado una inversión masiva en la industria del hidrógeno en los próximos años, donde Alemania e Italia están liderando el proceso.

El Departamento de Energía de Estados Unidos ha aumentado la conciencia sobre la revolución del hidrógeno. La generación más joven de ejecutivos, empresarios, fabricantes e inversores de alta tecnología está asumiendo la responsabilidad ética y social y está considerando consideraciones ESG en relación con el medio ambiente, la sociedad y el gobierno. “ Las reglas del juego globales están cambiando en lo que respecta a la energía”, dice Fabbri, “ sin embargo, un cambio de esta magnitud requiere tiempo y recursos, y se basa en la colaboración entre empresas comerciales e instituciones gubernamentales y académicas”.

El reto que supone producir hidrógeno azul y verde son los altos costes de producción y la inversión inicial en infraestructuras. Aquí es donde entra en juego la ventaja relativa que ofrece EthosEnergy. EthosEnergy ofrece soluciones a la industria energética que permiten combinar hidrógeno con gas natural y aprovechar la infraestructura existente. Se modifican los equipos y se asimilan tecnologías que reducen los costes de operación y mantenimiento, alargando el ciclo de vida de los mismos en cientos de puntos porcentuales, al tiempo que se reduce la huella de carbono. Los clientes obtienen beneficios económicos, ambientales y sociales, y mejoran su capacidad para cumplir los objetivos de negocio.

Fabbri añade que “ uno de los principales proyectos de EthosEnergy para evaluar la tecnología del hidrógeno se lleva a cabo en colaboración con el Politécnico de Turín, y la mayor parte de la investigación y el desarrollo de la tecnología se destina a convertir turbinas de gas de 40 MW para recibir una mezcla de hidrógeno y reducir las emisiones de CO2”.