Entrevista con Daniel Tegtmeier, director del Centro de Rendimiento de EthosEnergy

Daniel se graduó en el Instituto Tecnológico Lamar en 2004. Inmediatamente consiguió un trabajo como técnico de servicio e ingeniero de taller, diseñando y fabricando maquinaria de embalaje:

“Acababa de salir de la escuela técnica y no sabía realmente cómo aplicar lo que había aprendido. Ese es siempre el desafío, ¿no? Tomar todo ese conocimiento que tienes en tu cerebro y ponerlo en práctica”.

Daniel se describe a sí mismo como un apasionado de las centrales eléctricas, pero ¿cómo se interesó en la tecnología? ¿Le fascinó desde muy joven?

Comienza explicando que es producto de la pobreza, que creció en un barrio de viviendas sociales, que ha tenido que pasar por muchas dificultades y que ayudar a su padre, un entusiasta de los coches y mecánico de pies a cabeza, plantó la semilla de su amor por la maquinaria:

“Mi padre tenía una discapacidad física, pero antes de eso era muy hábil con las manos. Podía construir cosas. Así que la razón por la que reconstruí una cortadora de césped a los 6 años fue porque mi padre no podía hacerlo. Me pidió que lo hiciera yo”.

Eso despertó la curiosidad de Daniel sobre cómo funciona la tecnología:

“Me gusta construir cosas, desmontarlas y volverlas a montar. Me gusta saber cómo funcionan las cosas”.

El paso a una carrera técnica fue una progresión natural, pero, en última instancia, Daniel lo vio como una manera de salir del círculo vicioso de la pobreza.

También estuvo fuertemente influenciado por la ética laboral de su madre como empapeladora:

“Ella me enseñó a ser meticulosa. Solía verla trabajar 20 horas al día para terminar el trabajo, para tratar de poner comida en la mesa para sus hijos. Así que mi papá me enseñó mecánica y mi mamá me enseñó a prestar atención a los detalles”.

Lo que Daniel aprendió de sus padres ayuda a explicar por qué su trayectoria profesional ha sido tan impresionante. Pero ellos no fueron las únicas personas que lo influenciaron.

A lo largo de los años, sus compañeros de trabajo más veteranos tomaron a Daniel bajo su protección y lo ayudaron a desarrollarse. Todo esto se debió a que vieron su ética de trabajo y su deseo de aprender:

“Tan pronto como la gente vio que estaba dispuesto a trabajar, estuvieron dispuestos a enseñarme y capacitarme”.

Daniel dice que era como una esponja: tenía sed de aprender todo lo que pudiera sobre la industria energética. Esa curiosidad innata lo hacía ideal para desempeñar funciones de supervisión y, más tarde, de gestión de operaciones y mantenimiento.

Recuerda en particular el consejo de uno de sus mentores de asegurarse de no aislarse nunca en un oficio en particular:

“Él me dijo: ‘No te limites a ser un operador, no te limites a manejar instrumentos, no te limites a ser un mecánico’. Me dijo: ‘Adquiere experiencia en todas esas áreas y te convertirás en un empleado más viable para siempre’. Y así lo hice”.

Diversificar sus habilidades para conocer el funcionamiento de las máquinas y el funcionamiento del negocio fue uno de los mejores consejos que recibió Daniel. Lo puso en el camino del liderazgo.

Daniel agradece que a lo largo de su carrera la gente haya apostado por él y lo hayan puesto en puestos en los que tenía que hundirse o nadar. Uno de ellos fue convertirse en supervisor con tan solo 27 años:

“Cuando me convertí en supervisor, no había una persona en mi equipo que no tuviera el doble de mi edad o más”.

Al principio, eso fue difícil. La gente pensaba que era demasiado joven para ser supervisor. Uno incluso llegó a decirle que tenían prendas de vestir más antiguas que él. Pero al centrarse en construir relaciones a nivel personal, Daniel vio que podía formar un equipo cohesionado. Y funcionó:

“Funcionó bien. Esas personas eran de oro y, después de 12 años como supervisor de mantenimiento, todavía los considero mis amigos de por vida”.

Desde 2006, Daniel trabajó casi 17 años en una importante empresa de servicios públicos de la Costa del Golfo, donde fue ascendiendo de técnico a supervisor de mantenimiento y de gerente de operaciones y mantenimiento a gerente (y luego gerente sénior) de un nuevo grupo llamado Excelencia operativa. También durante su mandato, obtuvo su licenciatura en tecnología de ingeniería industrial de la Universidad Lamar para mejorar su intelecto empresarial.

Pero si bien esos puestos posteriores le dieron al empresario Daniel la oportunidad de trabajar en varias empresas emergentes y liderar emprendimientos importantes, sintió que se estaba alejando de lo que más ama : las centrales eléctricas:

“En el fondo, soy un apasionado de las centrales eléctricas. Me encanta lo que hacen, cómo lo hacen, la historia de la energía y cómo se ha desarrollado. Lo que buscaba en mi siguiente paso profesional era una oportunidad de volver a acercarme a las centrales”.

Daniel se incorporó a EthosEnergy en abril de 2023 y tuvo la oportunidad de volver a dedicarse a lo que le apasiona. Nueve meses después, descubrió que su nuevo puesto era la culminación de todo lo que le gusta hacer:

“Me gusta la agilidad que ha demostrado EthosEnergy desde que llegué. Si es una gran idea, puedes ponerla en marcha. No tienes que pasar por 10 niveles de aprobación para ponerla en marcha. Y me gusta el lado emprendedor. Me alimento de la presión de las empresas emergentes. Donde algunas personas se rinden bajo presión, yo soy exactamente lo opuesto. Prospero en ese entorno”.

Cuando Daniel se unió a nosotros, el Performance Center ya era un concepto financiado, pero todavía no estaba en marcha. Menos de tres meses después, ya lo estaba:

“Comenzamos con una sala vacía, literalmente. Luego la convertimos en un centro de operaciones y monitoreo remoto totalmente seguro y funcional”.

El Centro cuenta con todo el personal necesario para este año y Daniel dice que el próximo año se sumará más personal. Sin embargo, el equipo de cinco personas de Daniel ya cuenta con mucha experiencia:

“Las personas que hemos traído para formar parte de este Centro de Rendimiento han acumulado cientos de años de experiencia en operaciones de plantas de energía”.

Una experiencia que marca la diferencia para nuestros clientes: ayudándolos a reducir sus costos operativos y aportando mayor eficiencia, disponibilidad y confiabilidad a sus activos.